Los premios literarios suelen suscitar controversias debido a su subjetividad. Las decisiones
reflejan los gustos de un pequeño panel de jueces, que pueden verse influenciados por sus
antecedentes culturales, experiencias personales, entornos sociales e incluso por sus estados
emocionales o psicológicos. Dado que los gustos varían, no sorprende que distintos paneles
seleccionen a diferentes ganadores para el mismo conjunto de libros.
¿Podría ser la IA la clave para unos juicios más justos en los premios literarios? A
continuación, se presentan algunas razones por las que la IA podría ser la mejor alternativa a
los jueces humanos en los concursos literarios.
Premios literarios: un privilegio para la élite
Uno de los aspectos más controvertidos de los premios literarios es que las decisiones a
menudo se basan en una pequeña selección de libros de los miles que se publican cada año. Si
bien el ganador puede ser el mejor entre el grupo limitado de nominados, no es
necesariamente el mejor entre todas las publicaciones del año, lo que plantea importantes
preguntas sobre la credibilidad de los resultados y la lógica detrás de declarar un solo libro
como “el mejor”. Con miles de títulos publicados anualmente, muchas obras merecedoras son
excluidas injustamente de la consideración. En su artículo titulado “¿A quién le importan los
premios literarios?”, los coautores Alexander Manshel, Laura B. McGrath y J. D. Porter
enfatizan esta cuestión, señalando que “Los jueces del Premio Booker anunciaron su lista de
finalistas para 2019, seleccionando solo seis novelas de los más de 100,000 nuevos títulos
publicados en inglés en lo que va del año”. Estas estadísticas subrayan las limitaciones del
proceso de selección y ponen en duda la validez y representatividad de los premios literarios
basados solo en un puñado de nominaciones. El uso de jueces de IA podría abordar este
problema, permitiendo que todos los libros publicados tengan una participación justa en los
concursos de premios.
Los jueces de IA cubren cada página, los jueces humanos no
Una crítica común a los paneles de premios literarios es su incapacidad para leer una gran
cantidad de libros en un período de tiempo limitado. Esto ha suscitado inquietudes de que no
se estén revisando a fondo todas las candidaturas. *The Guardian* destacó este problema en
un artículo de diciembre de 2019, en el que se revelaba que “una jueza de uno de los premios
literarios más prestigiosos de Escocia ha dimitido por la elección del ganador, alegando que
sus compañeros jueces no habían leído todos los libros”. Este no fue un caso aislado. Thuy
On, editora literaria de ArtsHub y jueza en numerosos concursos literarios, se hizo eco de
esta preocupación. En respuesta a la pregunta de si los jurados de los premios literarios leen
cada página de cada manuscrito, explicó: “Por supuesto que no; sería una tarea imposible,
dados los plazos tan ajustados que se les conceden. La mayoría de los jueces leen varios
capítulos para evaluar la calidad de la escritura. Si la prosa o la poesía despiertan interés,
entonces siguen leyendo. Recuerden que se trata de una competición. Si la escritura no resulta
atractiva por cualquier motivo, es poco probable que el lector continúe. Después de todo, hay
muchas otras obras por leer”.
A diferencia de los jueces humanos, la IA puede leer más rápido y con mayor coherencia, lo
que garantiza una evaluación exhaustiva e imparcial de cada libro. Esto posiciona a la IA
como una alternativa prometedora para juzgar concursos de premios literarios, capaz de
ofrecer evaluaciones más fiables y completas.
Mejorar la evaluación de libros mediante reseñas en línea
Las reseñas de libros en línea desempeñan un papel crucial en la identificación de los mejores
libros disponibles, ya que brindan información valiosa sobre las actitudes y opiniones de los
lectores. Las reseñas ofrecen comentarios sobre las obras literarias y presentan diversas
interpretaciones, lo que ayuda a revelar qué resuena entre los lectores y dónde pueden ser
necesarias mejoras. También pueden servir como una rica fuente de datos para evaluar el
impacto de un libro.
Aquí es donde entra en juego la tecnología de IA. Con la capacidad de leer y evaluar
rápidamente miles de libros, la IA también puede procesar grandes volúmenes de reseñas en
línea e información relacionada, lo que permite evaluar un libro no solo según los gustos de
unos pocos jueces, sino también según las opiniones de millones de personas en todo el
mundo. Al considerar las opiniones colectivas de la comunidad lectora global, la IA ayuda a
garantizar una evaluación más amplia e inclusiva del valor de un libro.
La IA ofrece soluciones para la selección del panel de premios
El proceso de selección de los jueces del panel de premios literarios ha sido durante mucho
tiempo un tema de controversia. Por lo general, los jueces son designados por un órgano
rector sin un proceso de selección democrático, y los desacuerdos sobre los individuos
seleccionados son comunes. Estos jueces del panel provienen de diversas esferas de la
industria e incluyen novelistas, poetas, críticos, libreros, agentes, editores de revistas y
editores de prensa. Inevitablemente, a menudo no están de acuerdo sobre qué obras deben
seleccionarse. Como señaló Thuy On, "En casos de desacuerdos tensos entre el panel, ellos
(los presidentes del panel de jueces) intervendrán para tomar la decisión final. A menudo, hay
un acuerdo de culpabilidad en curso. Entonces, dirás, 'Está bien, si aceptas que nomine este
libro para la lista corta, entonces (de mala gana) aceptaré que tu libro favorito también esté
allí'".
En un artículo titulado "Un juicio sobre el juzgamiento literario", Steven Herrick, a quien se
le pidió que formara parte del panel de jueces de los Premios Literarios del Primer Ministro
de Nueva Gales del Sur de 2014, escribió: "¿Con qué criterios debería ubicarme en tal
posición? ¿Sólo porque he escrito unos veinte libros y he ganado unos cuantos premios? ¿No
saben que tengo un editor y una editorial que afinan mis divagaciones hasta tal punto que a
veces no puedo reconocer mi propia escritura? ¿Podríamos tener un premio para editores, por
favor? Seré el primero en la fila para juzgarlo”.
Los jueces de inteligencia artificial resuelven los conflictos de intereses en los concursos
literarios
Un desafío importante al que se enfrentan los paneles de premios literarios es la posibilidad
de que surjan conflictos de intereses, en particular cuando un juez y un candidato comparten
conexiones personales o financieras. Con el auge de las redes sociales, estas relaciones se han
vuelto más fáciles de formar y más visibles, lo que agrava el problema. Como destaca Beth
Driscoll en su artículo “Cómo funcionan los premios en la economía literaria”, “a menudo, un
campo de este tipo es muy insular e interconectado: es probable que las personas en
diferentes posiciones se conozcan entre sí, y la misma persona puede ocupar una variedad de
posiciones a lo largo del tiempo”. Esta interconexión puede llevar a situaciones en las que los
jueces evalúan el trabajo de amigos cercanos, colegas o compatriotas, lo que crea un claro
conflicto de intereses.
La observación de Driscoll se refleja en el mundo literario árabe, donde ha habido casos de
jueces que evaluaron libros de amigos y asociados de las mismas editoriales. Estos casos
revelan fallas en el proceso de selección, donde los organizadores pueden no examinar
suficientemente la idoneidad de los jueces. Estas prácticas acaban minando la credibilidad de
los premios. Para solucionarlo, los jueces de IA podrían ofrecer una alternativa viable, ya que
carecen de conexiones personales y garantizarían que todos los candidatos sean evaluados de
forma justa e imparcial.
La subjetividad de las decisiones de los premios literarios
En los concursos de premios literarios, los jueces humanos suelen estar influenciados por sus
propios antecedentes, opiniones y preferencias personales, lo que lleva a una toma de
decisiones subjetiva. Como señaló Isabel Costello, "el mérito literario no es absoluto: es una
cuestión de gusto y opinión; basta con observar las críticas enormemente diferentes que ha
recibido *The Casual Vacancy* de J.K. Rowling". Esta subjetividad fue resaltada aún más
por la autora Tessa Hadley, ganadora del premio Windham-Campbell, quien señaló que “fue
un error que se pusiera tanto énfasis en el Booker cuando el ganador se decidió por el ‘gusto,
personalidad y carácter de los jueces’”.
A diferencia de los jueces humanos, los jueces de IA están libres de sentimientos personales,
emociones o influencias de fondo que puedan afectar sus juicios. Esto les permite tomar
decisiones imparciales basadas únicamente en el mérito y la calidad de las obras literarias,
trascendiendo los sesgos individuales y potencialmente brindando resultados más justos en
los concursos de premios literarios.
Los jueces de IA pueden eliminar el sesgo de género en los premios
El sesgo de género ha sido durante mucho tiempo un tema polémico en los premios literarios.
La editora de reseñas de ficción británica Sara Veale señala el "sesgo de género en la
concesión de premios literarios", afirmando que "los datos muestran una preferencia no solo
por los escritores masculinos (16 mujeres en total han ganado el Booker en sus 45 años de
historia; es lo mismo con premios como el Pulitzer y el Premio Nobel), sino que también
analiza específicamente no solo quién escribe los libros, sino sobre quién escriben. Examina
quiénes son los protagonistas y cuál es su género, lo que habla del sesgo más amplio dentro
de la industria hacia las narrativas sobre hombres". Veale concluye: "Es difícil escapar a la
conclusión de que... quienes juzgan el valor literario encuentran a las mujeres aterradoras,
desagradables o aburridas".
La cuestión del sesgo de género se extiende más allá de los ganadores de premios a la
composición de los propios paneles de jueces. Veale observa: "Y también hay que pensar en
quién elige los premios. Quiero decir, ¿están equilibrados los paneles? En el caso del Booker,
eran dos mujeres y tres hombres; no es igual, no es terriblemente desigual, pero ahí es donde
entran en juego nuestros sesgos cuando se considera la ficción experimental y lo que se
considera sustancial y lo que se considera insustancial".
La incorporación de jueces de IA en los concursos literarios podría ayudar a garantizar un
proceso de evaluación más justo, ya que la IA opera sin sesgos inherentes y no tiene género,
centrándose únicamente en la calidad literaria de las presentaciones.
En conclusión, las ventajas de utilizar jueces de IA en los concursos de premios literarios son
significativas y de gran alcance. La IA puede leer y evaluar libros con una eficiencia
incomparable, aprovechar las reseñas en línea para realizar evaluaciones integrales y
garantizar procesos de selección transparentes y objetivos. Al eliminar los conflictos de
intereses, los sesgos emocionales y el sesgo de género, los jueces de IA ofrecen la promesa de
un sistema de premios literarios más inclusivo y justo. Adoptar esta tecnología podría
revolucionar los premios literarios, reconociendo la excelencia literaria puramente por mérito.
A medida que la tecnología continúa evolucionando, la adopción de jueces de inteligencia
artificial en concursos literarios puede allanar el camino hacia un futuro literario más
transparente, equitativo y progresista.
reflejan los gustos de un pequeño panel de jueces, que pueden verse influenciados por sus
antecedentes culturales, experiencias personales, entornos sociales e incluso por sus estados
emocionales o psicológicos. Dado que los gustos varían, no sorprende que distintos paneles
seleccionen a diferentes ganadores para el mismo conjunto de libros.
¿Podría ser la IA la clave para unos juicios más justos en los premios literarios? A
continuación, se presentan algunas razones por las que la IA podría ser la mejor alternativa a
los jueces humanos en los concursos literarios.
Premios literarios: un privilegio para la élite
Uno de los aspectos más controvertidos de los premios literarios es que las decisiones a
menudo se basan en una pequeña selección de libros de los miles que se publican cada año. Si
bien el ganador puede ser el mejor entre el grupo limitado de nominados, no es
necesariamente el mejor entre todas las publicaciones del año, lo que plantea importantes
preguntas sobre la credibilidad de los resultados y la lógica detrás de declarar un solo libro
como “el mejor”. Con miles de títulos publicados anualmente, muchas obras merecedoras son
excluidas injustamente de la consideración. En su artículo titulado “¿A quién le importan los
premios literarios?”, los coautores Alexander Manshel, Laura B. McGrath y J. D. Porter
enfatizan esta cuestión, señalando que “Los jueces del Premio Booker anunciaron su lista de
finalistas para 2019, seleccionando solo seis novelas de los más de 100,000 nuevos títulos
publicados en inglés en lo que va del año”. Estas estadísticas subrayan las limitaciones del
proceso de selección y ponen en duda la validez y representatividad de los premios literarios
basados solo en un puñado de nominaciones. El uso de jueces de IA podría abordar este
problema, permitiendo que todos los libros publicados tengan una participación justa en los
concursos de premios.
Los jueces de IA cubren cada página, los jueces humanos no
Una crítica común a los paneles de premios literarios es su incapacidad para leer una gran
cantidad de libros en un período de tiempo limitado. Esto ha suscitado inquietudes de que no
se estén revisando a fondo todas las candidaturas. *The Guardian* destacó este problema en
un artículo de diciembre de 2019, en el que se revelaba que “una jueza de uno de los premios
literarios más prestigiosos de Escocia ha dimitido por la elección del ganador, alegando que
sus compañeros jueces no habían leído todos los libros”. Este no fue un caso aislado. Thuy
On, editora literaria de ArtsHub y jueza en numerosos concursos literarios, se hizo eco de
esta preocupación. En respuesta a la pregunta de si los jurados de los premios literarios leen
cada página de cada manuscrito, explicó: “Por supuesto que no; sería una tarea imposible,
dados los plazos tan ajustados que se les conceden. La mayoría de los jueces leen varios
capítulos para evaluar la calidad de la escritura. Si la prosa o la poesía despiertan interés,
entonces siguen leyendo. Recuerden que se trata de una competición. Si la escritura no resulta
atractiva por cualquier motivo, es poco probable que el lector continúe. Después de todo, hay
muchas otras obras por leer”.
A diferencia de los jueces humanos, la IA puede leer más rápido y con mayor coherencia, lo
que garantiza una evaluación exhaustiva e imparcial de cada libro. Esto posiciona a la IA
como una alternativa prometedora para juzgar concursos de premios literarios, capaz de
ofrecer evaluaciones más fiables y completas.
Mejorar la evaluación de libros mediante reseñas en línea
Las reseñas de libros en línea desempeñan un papel crucial en la identificación de los mejores
libros disponibles, ya que brindan información valiosa sobre las actitudes y opiniones de los
lectores. Las reseñas ofrecen comentarios sobre las obras literarias y presentan diversas
interpretaciones, lo que ayuda a revelar qué resuena entre los lectores y dónde pueden ser
necesarias mejoras. También pueden servir como una rica fuente de datos para evaluar el
impacto de un libro.
Aquí es donde entra en juego la tecnología de IA. Con la capacidad de leer y evaluar
rápidamente miles de libros, la IA también puede procesar grandes volúmenes de reseñas en
línea e información relacionada, lo que permite evaluar un libro no solo según los gustos de
unos pocos jueces, sino también según las opiniones de millones de personas en todo el
mundo. Al considerar las opiniones colectivas de la comunidad lectora global, la IA ayuda a
garantizar una evaluación más amplia e inclusiva del valor de un libro.
La IA ofrece soluciones para la selección del panel de premios
El proceso de selección de los jueces del panel de premios literarios ha sido durante mucho
tiempo un tema de controversia. Por lo general, los jueces son designados por un órgano
rector sin un proceso de selección democrático, y los desacuerdos sobre los individuos
seleccionados son comunes. Estos jueces del panel provienen de diversas esferas de la
industria e incluyen novelistas, poetas, críticos, libreros, agentes, editores de revistas y
editores de prensa. Inevitablemente, a menudo no están de acuerdo sobre qué obras deben
seleccionarse. Como señaló Thuy On, "En casos de desacuerdos tensos entre el panel, ellos
(los presidentes del panel de jueces) intervendrán para tomar la decisión final. A menudo, hay
un acuerdo de culpabilidad en curso. Entonces, dirás, 'Está bien, si aceptas que nomine este
libro para la lista corta, entonces (de mala gana) aceptaré que tu libro favorito también esté
allí'".
En un artículo titulado "Un juicio sobre el juzgamiento literario", Steven Herrick, a quien se
le pidió que formara parte del panel de jueces de los Premios Literarios del Primer Ministro
de Nueva Gales del Sur de 2014, escribió: "¿Con qué criterios debería ubicarme en tal
posición? ¿Sólo porque he escrito unos veinte libros y he ganado unos cuantos premios? ¿No
saben que tengo un editor y una editorial que afinan mis divagaciones hasta tal punto que a
veces no puedo reconocer mi propia escritura? ¿Podríamos tener un premio para editores, por
favor? Seré el primero en la fila para juzgarlo”.
Los jueces de inteligencia artificial resuelven los conflictos de intereses en los concursos
literarios
Un desafío importante al que se enfrentan los paneles de premios literarios es la posibilidad
de que surjan conflictos de intereses, en particular cuando un juez y un candidato comparten
conexiones personales o financieras. Con el auge de las redes sociales, estas relaciones se han
vuelto más fáciles de formar y más visibles, lo que agrava el problema. Como destaca Beth
Driscoll en su artículo “Cómo funcionan los premios en la economía literaria”, “a menudo, un
campo de este tipo es muy insular e interconectado: es probable que las personas en
diferentes posiciones se conozcan entre sí, y la misma persona puede ocupar una variedad de
posiciones a lo largo del tiempo”. Esta interconexión puede llevar a situaciones en las que los
jueces evalúan el trabajo de amigos cercanos, colegas o compatriotas, lo que crea un claro
conflicto de intereses.
La observación de Driscoll se refleja en el mundo literario árabe, donde ha habido casos de
jueces que evaluaron libros de amigos y asociados de las mismas editoriales. Estos casos
revelan fallas en el proceso de selección, donde los organizadores pueden no examinar
suficientemente la idoneidad de los jueces. Estas prácticas acaban minando la credibilidad de
los premios. Para solucionarlo, los jueces de IA podrían ofrecer una alternativa viable, ya que
carecen de conexiones personales y garantizarían que todos los candidatos sean evaluados de
forma justa e imparcial.
La subjetividad de las decisiones de los premios literarios
En los concursos de premios literarios, los jueces humanos suelen estar influenciados por sus
propios antecedentes, opiniones y preferencias personales, lo que lleva a una toma de
decisiones subjetiva. Como señaló Isabel Costello, "el mérito literario no es absoluto: es una
cuestión de gusto y opinión; basta con observar las críticas enormemente diferentes que ha
recibido *The Casual Vacancy* de J.K. Rowling". Esta subjetividad fue resaltada aún más
por la autora Tessa Hadley, ganadora del premio Windham-Campbell, quien señaló que “fue
un error que se pusiera tanto énfasis en el Booker cuando el ganador se decidió por el ‘gusto,
personalidad y carácter de los jueces’”.
A diferencia de los jueces humanos, los jueces de IA están libres de sentimientos personales,
emociones o influencias de fondo que puedan afectar sus juicios. Esto les permite tomar
decisiones imparciales basadas únicamente en el mérito y la calidad de las obras literarias,
trascendiendo los sesgos individuales y potencialmente brindando resultados más justos en
los concursos de premios literarios.
Los jueces de IA pueden eliminar el sesgo de género en los premios
El sesgo de género ha sido durante mucho tiempo un tema polémico en los premios literarios.
La editora de reseñas de ficción británica Sara Veale señala el "sesgo de género en la
concesión de premios literarios", afirmando que "los datos muestran una preferencia no solo
por los escritores masculinos (16 mujeres en total han ganado el Booker en sus 45 años de
historia; es lo mismo con premios como el Pulitzer y el Premio Nobel), sino que también
analiza específicamente no solo quién escribe los libros, sino sobre quién escriben. Examina
quiénes son los protagonistas y cuál es su género, lo que habla del sesgo más amplio dentro
de la industria hacia las narrativas sobre hombres". Veale concluye: "Es difícil escapar a la
conclusión de que... quienes juzgan el valor literario encuentran a las mujeres aterradoras,
desagradables o aburridas".
La cuestión del sesgo de género se extiende más allá de los ganadores de premios a la
composición de los propios paneles de jueces. Veale observa: "Y también hay que pensar en
quién elige los premios. Quiero decir, ¿están equilibrados los paneles? En el caso del Booker,
eran dos mujeres y tres hombres; no es igual, no es terriblemente desigual, pero ahí es donde
entran en juego nuestros sesgos cuando se considera la ficción experimental y lo que se
considera sustancial y lo que se considera insustancial".
La incorporación de jueces de IA en los concursos literarios podría ayudar a garantizar un
proceso de evaluación más justo, ya que la IA opera sin sesgos inherentes y no tiene género,
centrándose únicamente en la calidad literaria de las presentaciones.
En conclusión, las ventajas de utilizar jueces de IA en los concursos de premios literarios son
significativas y de gran alcance. La IA puede leer y evaluar libros con una eficiencia
incomparable, aprovechar las reseñas en línea para realizar evaluaciones integrales y
garantizar procesos de selección transparentes y objetivos. Al eliminar los conflictos de
intereses, los sesgos emocionales y el sesgo de género, los jueces de IA ofrecen la promesa de
un sistema de premios literarios más inclusivo y justo. Adoptar esta tecnología podría
revolucionar los premios literarios, reconociendo la excelencia literaria puramente por mérito.
A medida que la tecnología continúa evolucionando, la adopción de jueces de inteligencia
artificial en concursos literarios puede allanar el camino hacia un futuro literario más
transparente, equitativo y progresista.